Tomar potaje de vigilia en Semana Santa es una mezcla de fe, cultura y gastronomía.
La palabra vigilia viene del latín y significa estar atento, ya que durante la Cuaresma en el catolicismo no se puede comer carne para la preparación de la Pascua. Este plato es muy completo nutricionalmente, es rico en proteínas, fibra y tiene multitud de nutrientes y vitaminas perfectas para sustituir a la carne.
Además, se emplea pescado en salazón puesto que en épocas antiguas se conservaba mejor y más tiempo dado la inexistencia de sistemas de refrigeración.
Ingredientes para el potaje de vigilia:
-300 g de garbanzos
-50g de bacalao desalado
-200g de espinacas frescas
-2 patatas medianas
-2 tomates maduros
-2 dientes de ajo
-1 cebolla
-1 pimiento rojo
-1 hoja de Laurel
-1 cucharadita de pimentón dulce
-AOVE
-Sal
Receta potaje de vigilia:
Pon los garbanzos a remojo desde la noche anterior. A mí me gustan usar los pedrosillano. Se cocinan de manera uniforme y tienen un sabor delicado que combina perfectamente con el bacalao y las espinacas del potaje. Su tamaño pequeño también facilita una cocción más rápida y homogénea.
Te recomiendo usar bacalao desalado, si no tendrás que ir cambiando el agua varias veces durante 24 horas para desalarlo.
En una olla grande pon los garbanzos en abundante agua con la hoja de laurel y una pizca de sal. Deja que cuezan hasta que estén tiernos, aproximadamente hora y media. Si usas olla rápida serán unos 30 minutos.
Pela y pica la cebolla, los dientes de ajo y el pimiento rojo en trozos pequeños.
En una sartén calienta AOVE y rehoga la cebolla y los ajos. Una vez estén blandos, añade el pimiento y deja que se haga todo a fuego medio unos 10 minutos, remueve de vez en cuando.
Ralla los tomates y agrégalos al sofrito. Espera que se cocinen bien hasta que suelten todo su jugo. Añade la cucharadita de pimentón dulce y mezcla bien.
Pasada 1 hora de cocción de los garbanzos, incorpora las patatas peladas y cortadas en trozos. Después añade el sofrito y el bacalao desmenuzado. Incorpora las espinacas (yo uso las baby, no hace falta trocearlas) y todo junto otros 15-20 minutos hasta que los garbanzos tengan la textura perfecta. Prueba y sazona si es necesario.
Si quieres una textura más espesa y cremosa, tritura unos cuantos garbanzos con el caldo y un trozo de patata. Antes de servir puedes añadirle un chorrito de AOVE y si te apetece darle un punto picante, puede ser con guindilla.
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Truco: Si no te gustan las espinacas, prueba a sustituirlas por pimientos del piquillo asados que, además, puedes caramelizar previamente ¡a mi me encantan! Esta combinación dulce con el punto salado del bacalao está riquísima.
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