
En los meses de calor podría vivir de gazpacho y salmorejo. Me encantan los dos, pero creo que me quedaría con el salmorejo si tuvieses que escoger uno, aunque el gazpacho, al no llevar pan, es más sano.
Yo hago un salmorejo básico, pues soy de la opinión de que si algo esta bueno y es simple, no hay que rizar el rizo.
He notado muchísima diferencia desde que lo elaboramos con tomates de nuestra huerta.
INGREDIENTES
- 1 kilo de tomates pera o tomates maduros, siempre de buena calidad y con mucho sabor
- 200 g de pan del día anterior
- 1/2 diente de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- 12 g de sal
CÓMO HACER SALMOREJO
Pela los tomates con un pelador o escáldalos en agua caliente, con una cruz hecha en su base para quitar la piel. Trocéalos y déjalos reservados. Retira la piel y el germen al ajo. Pícalo y déjalo también reservado.
Tritura los tomates y el ajo picado en una batidora. Añade trozos de pan para que se impregnen del tomate batido y sea más fácil de triturar (otra opción es dejarlo antes con aceite). Tras cinco minutos, sazona con sal y vuelve a triturar. Mientras lo haces, vierte el aceite de oliva para que vaya cogiendo consistencia.
Prueba y añade ajo y sal, pan y aceite según veas necesario. Esto es a ojo de buen cubero, ya que depende mucho de la maduración de los tomates, la potencia del ajo y el aceite que hayas escogido, por lo que no hay una proporción exacta, sino que siempre hay que rectificar al final. Prueba de nuevo y, si consideras que ya no requiere nada más, déjalo enfriar en la nevera antes de tomarlo. Tradicionalmente, se acompaña con huevo duro, jamón picado y un chorrito de aceite.
CONSEJO CRISTINA ORIA
Para la guarnición también puedes ponerle crujiente de jamón, que es hacer jamón loncheado muy finito al horno a 120 grados durante 20 minutos.